La hacienda
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Descubre los secretos que yacen entre los muros centenarios de este icónico lugar, testigo silencioso de épocas pasadas y protagonista de innumerables historias que han dado forma a nuestra identidad.
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Conectando el pasado con el futuro, hoy.
Fundación
Fundada alrededor de 1857 por Albino Manzanilla, la Ex Hacienda San Francisco emerge como un monumento a la grandeza y el progreso en el corazón de Yucatán. Su inicio se remonta a la compra de un antiguo huerto, supuestamente perteneciente a los franciscanos del convento de Santa Clara en Dzidzantún. Con el tiempo, a través de adquisiciones posteriores, la hacienda floreció, expandiéndose hasta abarcar más de 9,600 hectáreas, extendiéndose a través de los municipios de Dzidzantún, Dzilam y Temax.
Diversifiación y avances industriales
Inicialmente centrada en la producción de henequén, la hacienda pronto diversificó sus actividades para incluir la ganadería y la explotación de salinas en sus costas. Además, se destacó en la industria henequenera con la introducción de maquinaria de vanguardia, lo que le permitió alcanzar la distinción de ser considerada la más productiva en todo Yucatán.
Innovaciones y bienestar social
Con una visión progresista, su fundador dotó a la hacienda de servicios modernos para la época, entre los cuales se incluían una planta de luz, teléfono, escuela e incluso un hospital en 1904. Este hospital, de estilo neoclásico, contaba con administración, quirófano y pabellones, lo que demostraba un compromiso con el bienestar de la comunidad. Asimismo, Manzanilla construyó un poblado completo para sus trabajadores, organizado en un patrón de retícula con esquinas octogonales y con comodidades como pozos artesianos en cada esquina.
Transformaciones y legado
A lo largo de su historia, la hacienda experimentó una variedad de transformaciones, como el reparto agrario que redujo su extensión a menos de 300 hectáreas. Las memorias compartidas por residentes y documentos históricos como el Libro de Ingresos y Egresos de 1936, nos ofrecen una visión vívida de la vida en la hacienda. Desde detalles como la tienda de raya que complementaba los salarios con mercancía, hasta la atención médica proporcionada a los trabajadores y sus familias, cada aspecto refleja la complejidad y la humanidad detrás de este enclave histórico.
Un monumento al pasado
Hoy en día, la Ex Hacienda San Francisco Tzacalha perdura como un recordatorio tangible de un pasado lleno de esplendor y desafíos, convirtiéndose en una joya cultural que espera ser explorada y admirada por generaciones venideras.
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Conectando el pasado con el futuro, hoy.
Fundación y expansión
Fundada alrededor de 1857 por Albino Manzanilla, la Ex Hacienda San Francisco emerge como un monumento a la grandeza y el progreso en el corazón de Yucatán. Su inicio se remonta a la compra de un antiguo huerto, supuestamente perteneciente a los franciscanos del convento de Santa Clara en Dzidzantún. Con el tiempo, a través de adquisiciones posteriores, la hacienda floreció, expandiéndose hasta abarcar más de 9,600 hectáreas, extendiéndose a través de los municipios de Dzidzantún, Dzilam y Temax.
Diversificación y Avances Industriales
Inicialmente centrada en la producción de henequén, la hacienda pronto diversificó sus actividades para incluir la ganadería y la explotación de salinas en sus costas. Además, se destacó en la industria henequenera con la introducción de maquinaria de vanguardia, lo que le permitió alcanzar la distinción de ser considerada la más productiva en todo Yucatán.
Innovaciones y Bienestar Social
Con una visión progresista, su fundador dotó a la hacienda de servicios modernos para la época, entre los cuales se incluían una planta de luz, teléfono, escuela e incluso un hospital en 1904. Este hospital, de estilo neoclásico, contaba con administración, quirófano y pabellones, lo que demostraba un compromiso con el bienestar de la comunidad. Asimismo, Manzanilla construyó un poblado completo para sus trabajadores, organizado en un patrón de retícula con esquinas octogonales y con comodidades como pozos artesianos en cada esquina.
Transformaciones y Legado
A lo largo de su historia, la hacienda experimentó una variedad de transformaciones, particularmente el reparto agrario que redujo su extensión a menos de 300 hectáreas. Las memorias compartidas por residentes y documentos históricos como el Libro de Ingresos y Egresos de 1936, nos ofrecen una visión vívida de la vida en la hacienda. Desde detalles como la tienda de raya que complementaba los salarios con mercancía, hasta la atención médica proporcionada a los trabajadores y sus familias, cada aspecto refleja la complejidad y la humanidad detrás de este enclave histórico.
Un Monumento al Pasado
Hoy en día, la Ex Hacienda San Francisco Tzacalha perdura como un recordatorio tangible de un pasado lleno de esplendor y desafíos, convirtiéndose en una joya cultural que espera ser explorada y admirada por generaciones venideras.
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